Indicadores de un Ecomuseo
The Ecomuseum is an organic social entity arising from the agreement of a community for the development of their territory. The Ecomuseum is not seeking an institutional technical efficiency, but the development of a community critical awareness. The ecomuseum is a tool to free the initiative and community action.
El ecomuseo es una entidad social orgánica que surge del pacto de una
comunidad entera para su desarrollo y el de su territorio.
La palabra ecomuseo se pronunció por primera vez en la IX Conferencia del
Consejo Internacional de Museos (ICOM) de Grenoble y París de 1971 por el
Ministro de Medio Ambiente Francés, Poujalde, para designar una tipología de
museos que se comenzaba a desarrollar asociada a los Parques Naturales
Regionales franceses de la década de los años sesenta y setenta.
Con el nacimiento en 1973 del primer ecomuseo comunitario en la Comunidad
Urbana de Creusot – Montceau-les-Mines, el ecomuseo entraba en una nueva fase
en la que se separaba de su corriente ligada al ambientalismo y a los Museos al
Aire Libre escandinavos para acercarse a la iniciativa y la autogestión
comunitaria.
Aunque el ecomuseo es un fenómeno francés pronto su filosofía y sus
metodologías influyeron en otras partes del mundo (Canadá, Portugal, Brasil,
etc.), que veían en esta tipología una forma de desarrollar de una forma
democrática territorios y comunidades deprimidas económicamente, con problemas
sociales o con alguna necesidad socio-cultural. A la par, el sentimiento de
preocupación por la recuperación de la identidad de las comunidades por medio
de la concienciación patrimonial y el uso, de ésta, para su propio desarrollo
no era de exclusividad francófona. Los museos de barrio estadounidenses o los
museos comunitarios mexicanos son experiencias que completaran un panorama de
necesidad de cambio en la concepción el museo. Esencialmente, la necesidad de
un museo útil y acorde a las necesidades de la comunidad con la que habita.
A mediados de los años setenta nos encontramos con un panorama en el que
diferentes experiencias apelaban por una transformación del museo tradicional.
Ecomuseo, museo de barrio, museo comunitario, o el recién aprobado museo
integral en la Mesa Redonda de Santiago de Chile (ICOM-UNESCO, 1972). Un
panorama rico, con una filosofía similar, pero que dificultaba –y dificulta– la
diferenciación con otro tipo de tipologías museales; más si cabe cuando la
museología más tradicional había poco a poco potenciando su función social
acercándose a los diferentes públicos (visitantes turistas y/o excursionistas)
por medio de la mejora de sus programas, actividades y medios comunicaciones y
museográficos.
No obstante han sido numerosos los autores (Duclos, 1991; Boylan, 1992; Hamrin y Haulander, 1995; Davis, 1999; Corsane, 2006; Mayrand, 2010) que han teorizado desde la
reflexión el trabajo de campo sobre los indicadores (características) propias
de un ecomuseo. En estas líneas se recogen un mínimo de condiciones que debe
cumplir una experiencia ecomuseal:
1. Una
comunidad. Es la parte esencial del ecomuseo. Es el sujeto y objeto a la vez
del ecomuseo.
2. El
reconocimiento de un territorio fragmentado no delimitado estrictamente por
delimitaciones administrativas.
3. Un
Patrimonio Integral (Natural y Cultural: material e inmaterial). El patrimonio es
una demarcación territorial sobre la que una comunidad ha ejercido
históricamente su relación con el entorno. El trabajo del museólogo es detectar
el marcaje de dicho territorio y los elementos esenciales que forman la
identidad cultural de esa población.
4. La acción social como acto altruista. El ecomuseo es una
iniciativa que parte de la comunidad. Una comunidad concienciada y comprometida
con la transformación social para un desarrollo futuro.
5. Desarrollo.
El ecomuseo es una fórmula para el desarrollo social, cultural y económico de
un entorno determinado. El ecomuseo debe pretender, entre sus realidades, ser
un análisis de la estructura, problemáticas y alternativas de una comunidad
determinada. Las necesidades de sus habitantes, de su territorio y la evolución
hacia el futuro de la misma.
El
ecomuseo no busca, por tanto, una eficacia técnica institucional sino el
desarrollo de una conciencia crítica comunitaria. El ecomuseo es un instrumento
privilegiado del desarrollo comunitario, el cual no alude en primera instancia
al conocimiento y a la puesta en valor de un patrimonio; o se pretende
constituir como un simple auxiliar de un sistema educativo, informativo o del
progreso cultural y de la democratización del acceso a la cultura. Sino que es
una forma de liberar (pedagogía de la liberación) la iniciativa y acción
comunitaria con unos objetivos comunes.
Este
último punto ha hecho que los ecomuseos beban en cierta medida de una
pretendida utopía que lejos de ser irrealizable lo que pretende mantener viva a
una comunidad. Esto ha hecho que para muchos autores, incluso para su creador
Hugues e Varine-Bohan, la palabra ecomuseo no sea lo relevante. Lo importante
de los ecomuseos es el desarrollo integral y sostenible de la comunidad por
medio de la concienciación y la reflexión crítica de su pasado y su presente.
El ecomuseo es un proceso. En este proceso debe estar implicada toda la
población. En cada acción, desde el inventario, la puesta en valor, las
acciones-pretextos (exposiciones, etc.), hasta la investigación, la gestión o
la financiación debe tener representación comunitaria y deben tomarse las
decisiones de forma democrática. Es la forma en la que se conseguirá la
autogestión y la transformación social.
Óscar Navajas Corral
Phd en Museología
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