Y
los museos, for whom?
The museums still (...) should replace the quality of the visit and the "battles" by the number of visitors, the quality of the message conveyed, the sense of belonging and synergies that they can generate to be a useful to help resolve the problems and needs of society through the legacy that they safeguard.
Y los museos y las nuevas tecnologías. Y los museos y el turismo. Y los museos y sus públicos. Hace una semana aparecía un artículo en El Mundo que informaba sobre la iniciativa que la Pinacoteca más importante de España y la empresa tecnológica Samsung habían presentado para difundir el patrimonio del Museo. Se trata de una aplicación que permite «crear una postal digital con una de las cincuenta obras maestras de la gran pinacoteca española e integrar en ella a una persona o un grupo».
La aplicación funciona como un Photo
Call, en el que el usuario selecciona una de las obras favoritas entre las
cincuenta que el propio museo ha seleccionado previamente, se visualiza en el
móvil, se coloca a la persona o personas que se desea que aparezcan y después
de realizada la foto se puede guardar, compartir en las redes sociales o
enviar. Photo Prado ha sido
desarrollada por la compañía Forma Animada, una empresa afincada en
Sevilla especializada en proyectos de animación digital.
El pasado 10 de julio aparecía en el diario ABC el
titular: Ningún museo español está entre los veinte más visitados
del mundo. Nuestros museos, los «grandes de España» por supuesto, no han
entrado en un ranking que sigue liderado por museo de fama mundial como el Muséedu Louvre (9 millones de visitantes) o el British Museum (6
millones). Los datos están extraído del informe Theme Index 2014,
elaborado por Themed Entertainment y AECOM. En este informe es interesante que
la mayoría de estos museos tienen su porcentajes de visitantes más altos en el
público internacional, mientras que los visitantes del entorno de esos museos,
quitando escolares y público cautivo, continúan descendiendo. También es
destacable el incremento de museos asiáticos que se están incorporando a estas
listas de museos. Sin ir más lejos el Museo Nacional de China
se encuentra en el segundo puesto de la lista con siete millones de visitantes
al año.
Estas mínimas pinceladas apuntadas de estos dos artículos sirven para
reflejar un panorama en el que los museos hacen esfuerzos por difundir su contenido
y aplicar las nuevas tecnologías; y manifiesta el posicionamiento que continúan
teniendo como piezas claves para el turismo cultural. Al mismo tiempo, reabre
viejos debates sobre el para quién están destinados los museos y quién los está
utilizando. Siempre podemos volver a recurrir la tantas veces repetidos veces
sentencia de Georges Henri Rivière:
«El
éxito de un museo no se mide por el número de visitantes que recibe, sino por
el número a los que ha enseñado alguna cosa. No se mide por el número de
objetos que expone, sino por el número de objetos que los visitantes han
logrado aprehender en su entorno humano. No se mide por su extensión, sino por
la cantidad de espacio que el público puede de manera razonable recorrer en
aras de un verdadero aprovechamiento. Eso es el museo. Si no, no es más que una
especie de “matadero cultural”, del que se sale reducido en forma de
salchichón» (La Museología, G. H.
Rivière: 1989, 9).
«Salchichones» que entran y salen de forma ordenada de los museos, con
sensación de satisfacción o de incógnita por la experiencia adquirida, pagada,
que no dura más de lo que su memoria a corto plazo sea capaz de retener en su
perfil de Facebook o Instagram.
Los museos aún tienen una asignatura pendiente con su razón de ser, con el
punto aristotélico entre la Industria Cultural y la función social que llevan
intrínseca. Deben sustituir la calidad de la visita y las «batallas» por las
cifras de visitantes, por el calidad del mensaje que transmiten, el sentido de
pertenencia que trasladan y las acciones y sinergias que son capaces de generar
para ser un útil que ayude a resolver los problemas y las necesidades de la
sociedad por medio del legado que salvaguarda.
Óscar Navajas Corral.
Profesor y Museólogo.
Óscar Navajas Corral.
Profesor y Museólogo.
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