lunes, 25 de enero de 2016

Eighth World Archaeological Congress. Kyoto, 28 August-2 September 2016

From La Ponte-Ecomuséu we have proposed one session for the Eighth World Archaeological Congress. Kyoto, 28 August-2 September 2016. The aim of this session (https://www.academia.edu/s/01f8903da2?source=link) is to bring together practical experiences of socially innovative persons or organisations in order to introduce an academic debate on the importance that social innovation represents in the field of cultural heritage and also to measure its scope.




The questions we propose for discussion are: Does cultural heritage contribute to create social innovations? Are the organisations in charge of cultural heritage management socially innovative? To which extent? How could they become more innovative? Who innovates and where?

La Ponte-Ecomuséu

domingo, 3 de enero de 2016

Características de los Ecomuseos

The Ecomuseum is an organic social entity arising from an entire community pact for its development and its territory.


El ecomuseo es una entidad social orgánica que surge del pacto de una comunidad entera para su desarrollo y el de su territorio.

La palabra ecomuseo se pronunció por primera vez en la IX Conferencia del Consejo Internacional de Museos (ICOM) de Grenoble y París de 1971 por el Ministro de Medio Ambiente Francés, Poujalde, para designar una tipología de museos que se comenzaba a desarrollar asociada a los Parques Naturales Regionales franceses de la década de los años sesenta y setenta.

Con el nacimiento en 1973 del primer ecomuseo comunitario en la Comunidad Urbana de Creusot – Montceau-les-Mines, el ecomuseo entraba en una nueva fase en la que se separaba de su corriente ligada al ambientalismo y a los Museos al Aire Libre escandinavos para acercarse a la iniciativa y la autogestión comunitaria.

Aunque el ecomuseo es un fenómeno francés pronto su filosofía y sus metodologías influyeron en otras partes del mundo (Canadá, Portugal, Brasil, etc.), que veían en esta tipología una forma de desarrollar de una forma democrática territorios y comunidades deprimidas económicamente, con problemas sociales o con alguna necesidad socio-cultural. A la par, el sentimiento de preocupación por la recuperación de la identidad de las comunidades por medio de la concienciación patrimonial y el uso, de ésta, para su propio desarrollo no era de exclusividad francófona. Los museos de barrio estadounidenses o los museos comunitarios mexicanos son experiencias que completaran un panorama de necesidad de cambio en la concepción el museo. Esencialmente, la necesidad de un museo útil y acorde a las necesidades de la comunidad con la que habita.

A mediados de los años setenta nos encontramos con un panorama en el que diferentes experiencias apelaban por una transformación del museo tradicional. Ecomuseo, museo de barrio, museo comunitario, o el recién aprobado museo integral en la Mesa Redonda de Santiago de Chile (ICOM-UNESCO, 1972). Un panorama rico, con una filosofía similar, pero que dificultaba –y dificulta– la diferenciación con otro tipo de tipologías museales; más si cabe cuando la museología más tradicional había poco a poco potenciando su función social acercándose a los diferentes públicos (visitantes turistas y/o excursionistas) por medio de la mejora de sus programas, actividades y medios comunicaciones y museográficos.

No obstante han sido numerosos los autores (Duclos, 1991; Boylan, 1992; Hamrin y Haulander, 1995; Davis, 1999; Corsane, 2006; Mayrand, 2010) que han teorizado desde la reflexión el trabajo de campo sobre los indicadores (características) propias de un ecomuseo. En estas líneas se recogen un mínimo de condiciones que debe cumplir una experiencia ecomuseal:

1.     Una comunidad. Es la parte esencial del ecomuseo. Es el sujeto y objeto a la vez del ecomuseo.

2.     El reconocimiento de un territorio fragmentado no delimitado estrictamente por delimitaciones administrativas.

3.     Un Patrimonio Integral (Natural y Cultural: material e inmaterial). El patrimonio es una demarcación territorial sobre la que una comunidad ha ejercido históricamente su relación con el entorno. El trabajo del museólogo es detectar el marcaje de dicho territorio y los elementos esenciales que forman la identidad cultural de esa población.

4.     La acción social como acto altruista. El ecomuseo es una iniciativa que parte de la comunidad. Una comunidad concienciada y comprometida con la transformación social para un desarrollo futuro.

5.     Desarrollo. El ecomuseo es una fórmula para el desarrollo social, cultural y económico de un entorno determinado. El ecomuseo debe pretender, entre sus realidades, ser un análisis de la estructura, problemáticas y alternativas de una comunidad determinada. Las necesidades de sus habitantes, de su territorio y la evolución hacia el futuro de la misma.



El ecomuseo no busca, por tanto, una eficacia técnica institucional sino el desarrollo de una conciencia crítica comunitaria. El ecomuseo es un instrumento privilegiado del desarrollo comunitario, el cual no alude en primera instancia al conocimiento y a la puesta en valor de un patrimonio; o se pretende constituir como un simple auxiliar de un sistema educativo, informativo o del progreso cultural y de la democratización del acceso a la cultura. Sino que es una forma de liberar (pedagogía de la liberación) la iniciativa y acción comunitaria con unos objetivos comunes.

Este último punto ha hecho que los ecomuseos beban en cierta medida de una pretendida utopía que lejos de ser irrealizable lo que pretende mantener viva a una comunidad. Esto ha hecho que para muchos autores, incluso para su creador Hugues e Varine-Bohan, la palabra ecomuseo no sea lo relevante. Lo importante de los ecomuseos es el desarrollo integral y sostenible de la comunidad por medio de la concienciación y la reflexión crítica de su pasado y su presente.

El ecomuseo es un proceso. En este proceso debe estar implicada toda la población. En cada acción, desde el inventario, la puesta en valor, las acciones-pretextos (exposiciones, etc.), hasta la investigación, la gestión o la financiación debe tener representación comunitaria y deben tomarse las decisiones de forma democrática. Es la forma en la que se conseguirá la autogestión y la transformación social.


Óscar Navajas Corral
PhD. History and Museology
Lecturer and Independent Researcher

PD. Artículo publicado en CECI, P.; FERNÁNDEZ, C.; y VENEROSO, F. (2013): Parque Criollo y Museo Gauchesco Ricardo Güiraldes. Plan de exhibición; Buenos Aires: Exhibir, Comunicación y Conservación del Patrimonio; p. 33.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Ecomuseo del Valle del Jarama. El nombre no es lo importante pero no lo uses en vano.

An ecomuseum is a space in which a group of people take the initiative to carry out a project of sustainable community development.


El pasado 26 de agosto de 2015 publiqué una entrada en este blog sobre un nuevo ecomuseo que se estaba gestando en la Comunidad de Madrid, el Ecomuseo del Valle del Jarama. En aquella reseña realizábamos una descripción de lo que pretendía el proyecto según los artículos aparecidos en la revista del Este de Madrid y de las información obtenidas con las personas que pude contactar. En esa misma publicación aplazaba realizar un juicio técnico sobre el uso que se hacía del vocablo «ecomuseo» hasta que no obtuviese más información, hasta poder conseguir una entrevista con alguno/a de los/as responsables o bien por haber podido tener acceso al Plan con el que se aprobó su ejecución. Aún no he conseguido ninguna de estas cosas, pero no cedo en el empeño. Lo que si he podido hacer es trabajo de campo, ya que algunos de las acciones de recuperación patrimonial y puesta en valor están casi listas para el acceso público. De hecho, para todos/as aquellos/as que les interese el día 16 de octubre se realiza la inauguración oficial.

Si recordamos el proyecto este pretende:

«Desarrollar un enfoque integrador y coordinado en la ejecución del proyecto (…). El objetivo desde el inicio ha sido movilizar todos los recursos existentes en la ciudad para recuperar y promocionar el Patrimonio cultural y natural argandeño rentabilizando el apoyo financiero europeo» (Revista Este de Madrid, octubre de 2015).



Hasta el momento esto es algo que se está cumpliendo puesto que, por un lado, el proyecto del ecomuseo está sirviendo para que diferentes departamentos de la corporación municipal trabajen conjuntamente hacia un mismo fin; por otro lado, se está investigando, recuperando y poniendo en valor un patrimonio integral (natural y cultural) y, por último, se está fomentando la empleabilidad de la ciudadanía de Arganda del Rey, ya que cada trimestre se contratan a cincuenta personas con el objetivo de facilitar la contratación de vecinos en situaciones económicamente o socialmente desfavorable , desempleados de larga duración, etc., para la realización de las diferentes labores: mantenimiento urbano, construcción, información y atención al ciudadano, promoción turística, etc. (Revista Este de Madrid, octubre de 2015).

Pero todo esto no quiere decir que esta experiencia sea un «Ecomuseo». Es innegable que se trata de un proyecto integral de desarrollo local, pero en ninguna de las informaciones que han ido apareciendo durante este tiempo se hace referencia a las características más importantes de un ecomuseo: la participación comunitaria y la democracia cultural.

Un ecomuseo es un espacio en el que un grupo de personas toman la iniciativa para la realización de un proyecto de desarrollo comunitario y sostenible en un territorio determinado. Este acto de acción supone que la población toma conciencia del momento en el que se encuentra, sus necesidades y problemáticas, y se responsabiliza de su propio desarrollo futuro. En este proceso, las administraciones, grupos políticos, agentes sociales, culturales y económicos pueden, y de hecho deberían, ser parte de este acto de acción y movilización ciudadana, pero en un esquema horizontal donde las decisiones se toman en consenso y democracia por todos los agentes.

Justo esta semana una experiencia comunitaria con la que colaboro y asesoro, La Ponte-Ecomuséu, ha publicado un video con una definición de lo que realmente es un ecomuseo.



¿Qué es un Ecomuseo? La Ponte-Ecomuséu

Hasta el momento lo que se presenta en el Ecomuseo del Valle del Jarama no se ajusta completamente a una experiencia ecomuseológica. Esto no quiere decir que las acciones que se están llevando a cabo sean desafortunadas, todo lo contrario, ya iba siendo hora de que en la zona del sureste de Madrid hubiese una implicación directa y abierta de un municipio en la recuperación integral del patrimonio más allá de intervenciones puntuales, aisladas y en ocasiones inconexas:

  • Contamos con un Parque Natural que posee un centro de interpretación del patrimonio natural y arqueológico.

  • Asociaciones de Morata de Tajuña y Rivas Vaciamadrid han intervenido en la puesta en valor del patrimonio de la Guerra Civil.

  • Otros colectivos se dedican a la difusión y protección del patrimonio natural (fauna especialmente).


Arganda durante años obvió bienes patrimoniales como los de la Guerra Civil pero, por suerte, esto ha cambiado y están recuperando Patrimonio, en su sentido amplio. En este texto no entraré a valorar las intervenciones realizadas por dos razones: (1) no es el cometido del texto, (2) no se de recibo valorar positiva o negativamente un trabajo que aún no está terminado y presentado públicamente. Si es cierto, como ya comentaba en el post de agosto, que se echa en falta que haya habido una fluidez de intercambios entre aquellos profesionales que ya hemos trabajado con ciertos patrimonios y que a día de hoy no hemos recibido ninguna consulta al respecto, tanto para aspectos positivos como para no volver a cometer los errores que podamos haber cometido. Como ejemplo de esta falta de intercambio de información es la noticia aparecida hoy mismo en Europapress sobre la inauguración de esta parte del Ecomuseo, donde se afirma que es la primera musealización al aire libre de fortificaciones de la Guerra Civil. Me imagino que se refiere a la Comunidad de Madrid, que incluso con eso sigue sin ser cierto, puesto que ya las hay, y bastantes, pero  es que en el territorio español hay múltiples experiencias en este tipo. Esta noticia se debería rectificar por respeto a numerosos profesionales y ciudadanos desinteresados que han estado trabajando por recuperar esta parte de la Memoria de nuestro país.

Dicho esto, lo que sí podemos afirmar es que, a falta de poder conseguir mayor información del Proyecto, no entra dentro de la órbita de los ecomuseos y de la Museología Social. Estoy deseando poder leer el Plan que se presentó del proyecto y tener una reunión con los/as responsables para poder rectificar esto.


Óscar Navajas Corral.

PhD. Museology.

martes, 6 de octubre de 2015

El Museo entre Zeus, Mnemosine y Oz

«Toto, I've a feeling we're not in Kansas any more… We must be over the rainbow! Now I... I know we're not in Kansas!»


Siempre que escucho esta frase de El Mago de Oz me viene a la mente el momento en el que entras en un museo. Y no porque los museos se hayan convertido en algunos casos en una especie de parques de atracciones, centros comerciales, o la Meca para un turismo de masas; sino porque la Institución representa ese lugar ignoto y al mismo tiempo cercano. Haciendo un parangón es como Oz para Dorothy, el lugar para escapar de su entorno pero que al mismo tiempo despierta las ganas de volver al hogar.


«No hay lugar como el hogar».

Lo interesante del museo es que es un espacio de descontextualización que en apariencia puede mostrarse frió y distante, pero que lo que conserva y nos enseña no es otra cosa que a nosotros mismos, nuestra Memoria.

El museo es una reivindicación de cambio que apela a la estandarización. Dentro de su propia razón de ser está la inmovilidad y la mutación constante. Debe mantenerse impertérrito y al mismo tiempo permanecer en continuo contacto y conexión con la sociedad, evolucionar con ella y, para utópicos como yo, ayudarla y guiarla.




«Te atreves a criticar a gran Oz?

El museo nos legitimiza y nos inmortaliza en una realidad fingida por siglos de dominación del pensamiento occidental y por vitrinas que petrifican la mirada en la belleza del pasado. Nos hace entender que el ser humano es tan ínfimo como eterna la Condición Humana.

Durante demasiadas décadas olvidamos que la importancia del museo no estaba en que fuese la morada de la Musas, sino en su madre, Mnemosine. Nos empeñamos en mimar a las deidades de las ciencias y las artes para conservar su «carácter» inmutable, cuando el cometido era escuchar a su progenitora.

En algún momento incluso podrías pensar que se hizo de esa forma como un acto de rebelión, Zeus, su padre, encarna el Poder (político) y Mnemosine la calma y quietud; ambos se podrían considerar el inmovilismo, lo rancio y la falta de libertad. Quisimos guiarnos por «adolescentes» revoltosas que encarnaban la voluntad del cambio. Se nos olvidó que llegado un momento hay que consultar a todas las voces.

Por suerte, el museo se encuentra casi en un momento de equilibrio entre ambos estamentos. Por supuesto, en la Museología Social, seguimos dejándonos acariciar por la Memoria que se desprende de cada sociedad, sujetando el Trueno con lazos de democracia y realizando escaramuzas juveniles para mantener el espíritu de reflexión crítica alerta.


Óscar Navajas Corral

PhD. Museology.