Ecomuseos en España. Inicio de una utopía
cultural.
Una vez puestas la semana pasada
las bases de la Nueva Museología y la Museología Social a nivel general y con
la introducción que hicimos del contexto español, la sección de este jueves
debemos empezarla por las primeras iniciativas que se gestaron en nuestro país.
En España las experiencias más significativas asociadas a la Nueva Museología y
a los ecomuseos se produjeron en tres puntos concretos: Allariz (Galicia), Molinos (Aragón) y Esterri d’Àneu (Cataluña).
Allariz
La situación de Galicia estará
marcada por esta disolución de los complejos agrarios históricos, la
reconversión industrial de los territorios costeros y de las comarcas de
interior, y por la políticas de la Unión Europea que limitarán los sectores
históricamente productivos, como el lácteo-ganadero, el pesquero y la
industrial naval (Sierra, 1998: 105-106). En este nuevo marco social, la
filosofía de los ecomuseos se muestra como una alternativa para la producción
de procesos de reflexión crítica y de construcción social para el futuro
(Sierra, 1998: 106).
Allariz se encuentra ubicado a 25
kilómetros de Orense, dominado por un cerro rocoso donde se instalaron sus
primeras fortificaciones. entre sus momentos históricos más importantes se
encuentra la romanización, el establecimiento de realeza a la villa por parte
de Alfonso VII en 1154 y una Edad Media donde hombres ilustres construir sus
mansiones, no sin vano estuvo vinculada a lugar de recreo de la familia real.
Este pequeño resumen lo que intenta plasmar es la riqueza patrimonial que se ha
ido acumulando en sus calles a lo largo de los siglos.
La iniciativa de Allariz comienza
en los años 80 con el objetivo de la recuperación del patrimonio, el uso de
algunas de las estructuras arquitectónicas de la villa, los modos de vida tradicionales
y la revitalización económica que estaba en un progresivo decrecimiento, sobre
todo debido a la despoblación. En 1970, la población superaba los 8.000 habitantes
repartidos en las dieciséis parroquias del municipio. En los años noventa esta
población apenas alcanzaba los 5.000.
La dependencia económica del
sector agrario no ayudaba a paliar el progresivo despoblamiento. La
incorporación de una nueva estrategia en la comunidad basada en la recuperación
patrimonial y el desarrollo de la industria turística ayudó a frenar esta
situación. La recuperación patrimonial no se llevó a acabo con la idea de crear
únicamente recursos patrimoniales y turísticos, sino que la recuperación, por
ejemplo, de oficios y tradiciones se realizó para que tuvieran una función más
allá de la simbólica y nostálgica. Productos, enseñanzas artesanales, oficios
para la construcción, etc., fueron esenciales para la concienciación de la población
sobre su pasado y las posibilidades para el futuro.
Lo revelador de la experiencia de
Allariz para el contexto gallego residió en la vinculación de la planificación
urbana con la recuperación del patrimonio natural, cultural e industrial de un
entorno exterior a los límites del propio perímetro urbano (Sierra, 1998:
197-108). No debemos olvidar que «La
experiencia alariana arranca de un conflicto político (1989) en el seno de la
corporación que polariza y divide a los vecinos. La punta del iceberg era la
contaminación del río por unos vertidos de los que se acusaba al regidor
municipal de entonces y tras lo cual estaba una situación de desgobierno local
con cuatro alcaldes en tres años (1986-1989)» (Sierra, 1999: 206-207).
Su importancia estuvo en el significado que tuvo para una forma de entender los
procesos de musealización y patrimonialización en Galicia y en la implantación
de metodologías de la Nueva Museología en España.
Molinos
(…) un territorio
difícil, duro y frágil que quiere caminar hacia el futuro sin perder su
identidad. Javier Ibáñez González,
2007.
Parque Cultural del
Maestrazgo, en Teruel. Un territorio de 2.622 kilómetros cuadrados, con una
población de 14000 habitantes en los años ochenta, distribuida en 43 municipios
de tamaño reducido. En la actualidad el 40% del territorio está declarado Lugar
de Interés Comunitario. Posee conjuntos históricos, bienes de interés cultural
y un importante legado geológico y paisajístico. Para conseguir esto han basado
su trabajo en considerar el patrimonio como un eje estratégico para
el desarrollo, adaptando modelos y metodologías en función de las necesidades
de las comunidades y el territorio (Abril, 2007: 51).
La forma de poder implementar esta filosofía se realizó mediante la centralización
de la comarca con la creación del Parque Cultural del Maestrazgo, y su sede en
la localidad de Molinos, sede que comparte con el grupo de acción local ADEMA
(Asociación para el Desarrollo del Maestrazgo). La sede sirvió como centro
catalizador de las iniciativas de la población local y de las actividades y
acciones que se van a desarrollar sobre el territorio. A los Seminarios,
Jornadas o Talleres, como los que el MINOM ha realizado en Molinos, se han ido
uniendo los diferentes programas europeos para el desarrollo, los cursos de
formación continua, etc.; y las activaciones patrimoniales dispersas por el
territorio, como la denominación de geoparque (Parque Geológico de Aliaga),
siendo, junto a Grecia, Alemania y Francia, pioneros en la puesta en valor de
esta tipología patrimonial; la defensa del patrimonio paleontológico (cuenta
con dos sedes de Dinópolis); el Centro de la Minería de Santa Bárbara, el Museo
de Escultura al Aire Libre; y las diferentes rutas e itinerarios culturales y
naturales tematizados.
La experiencia tuvo sus
inicios en 1984, cuando se creó la Asociación Amigos de Molinos. Consiguió crear
un museo en la localidad a partir de la obra del pintor y escultor de la
localidad, Blasco Ferrer. El siguiente paso fue afrontar los problemas y necesidades
de la comunidad, por medio de un proceso de valorización y autogestión del
patrimonio como metodología de acción social y comunitaria, con el fin de
elaborar una estrategia de desarrollo integral. Se creó una Escuela Taller en
el propio municipio que estuvo funcionando desde 1988 a 1993, consiguiendo
revalorizar el patrimonio de la localidad y los oficios tradicionales, al mismo
tiempo que formar a jóvenes en un momento de crisis en la zona.
Los años de 1986 y 1987
fueron los años en los que se iniciaron los contactos exteriores. La
organización y realización del IV Taller Internacional del MINOM, en 1987, en
la propia localidad, a la que acudieron la mayor parte de los impulsores de la
Nueva Museología y del MINOM a nivel internacional (Hugues de Varine-Bohan,
Pierre Mayrand, Mario Moutinho, Marc Maure, etc.) fue un reflejo de ese trabajo
de concienciación que se estaba realizando. A mediados de 1991, la dirección de la Escuela taller de
Molinos decidió intentar acceder a nuevas vías de financiación para continuar y
ampliar sus programas. El resultado llegó en el propio año de 1991 cuando se
creó por iniciativa del Ayuntamiento de Molinos el Centro para el Desarrollo
del Maestrazgo de Teruel (CEDEMATE), una entidad sin ánimo de lucro constituida
por 18 entidades con el objetivo de gestionar la Iniciativa Comunitaria LEADER.
La importancia de este primer proyecto conjunto fue la de estructurar un
proyecto a largo plazo de Desarrollo Rural y que se aglutinaría sobre la
fórmula global del Parque Cultural del Maestrazgo que abarcaría a todos los
municipios de la comarca.
Una premisa
indispensable es que la redacción del proyecto debía contar con la
participación de la población local mediante la realización de asambleas en los
diferentes municipios, boletines informativos, seminarios, encuentros, etc., en
las que participasen los alcaldes, concejales y los vecinos.
«La experiencia de
Maestrazgo supuso una forma atípica de proceder, una rareza que traspasó las
fronteras de los procesos de patrimonialización y musealización con fines de
conservación y recuperación identitaria para crear un proyecto de desarrollo
comunitario que englobó a las comunidades de una comarca. La importancia de
esta iniciativa estaba en su propia idea de base para toda acción: dar una
respuesta interna a los problemas internos, un convencimiento en la autogestión»
(Óscar Navajas Corral).
Esterri d’Àneu
La gestación de esta
iniciativa comenzó en 1969 con un movimiento sociocultural en la comarca del
Pallars Sobirà y que marcó un hito histórico en la comarca desde el punto de
vista de la movilización ciudadana y de la educación (Civat, 1991: 4). Una
comarca con una extensión de 407 kilómetros cuadrados y con cerca de 1300
habitantes, distribuidos en 24 pueblos.
A principios de los años
ochenta la comarca presentaba desequilibrios demográficos, una crisis de
identidad producida por los cambios en el entorno sociocultural y en las actividades
económicas tradicionales. Estos factores son los que llevaron a buscar
alternativos por medio de la recuperación patrimonial y el desarrollo de las
actividades terciarias. Las metodologías de la Nueva Museología y la fórmula de
los ecomuseos encajaba perfectamente en las pretensiones del municipio. La idea
concreta de realizar un ecomuseo nació en el seno del Consejo Cultural de les
Valls d’Àneu, creado en 1983, con el propósito de potenciar y desarrollar la
cultura y el patrimonio del territorio.
En 1987 ya se redactó el
primer proyecto museológico y museográfico y comenzaron las primeras actividades.
El empuje al proyecto llegó en 1988 con la celebración del simposio
Antropología y Patrimonio Cultural, donde se formó un grupo en la Universidad
de Lérida para el fomento y la investigación del patrimonio popular, y de donde
surgieron, entre otras acciones, las I Jornadas sobre Patrimonio Etnológico de
las Tierras de Ponent I l’Alt Pirineu, en 1989, desde las cuales el ecomuseo
comenzará a colaborar con el área de Antropología de la Facultad de Letras de
Lleida, y de donde surgirá un equipo de trabajo de investigación formado por
antropólogos interesados en profundizarán en el conocimiento de los modos de
vida de les Valls d’Àneu a lo largo de la historia (Abella y Abella, 1993: 149;
Prats, 2004: 108-109).
De aquí surgiría el plan
museológico definitivo del ecomuseo. La primera actividad que dio vida al
ecomuseo fue su exposición inaugural L’Ecomuseu de les Valls ‘Àneu: la
Identitat d’un territori (1991). Oficialmente el ecomuseo abriría sus puertas
en 1994, año en el que se constituiría su ente gestor, el Consorcio y Patronato
del Ecomuseo, formado por cuatro ayuntamientos de la comarca, el Parque
Nacional de Aigüestortes i Estany de
Sant Maurici, la Universidad de Lérida y el Consejo Cultural Valls d’Àneu.
El ecomuseo se
estructura entorno a una sede, un edificio del siglo XVIII, la Casa Gassia en
Esterri d’Àneu, y una serie de antenas, como la serradora hidráulica de Alós en
Alt Àneu, el conjunto patrimonial de Son y una serie de itinerarios naturales y
culturales que recorren el territorio. La actualidad del ecomuseo se encuentra en la implicación con los
diferentes actores de la población. Por un lado, las diversas asociaciones del
territorio encuentran un espacio en el ecomuseo donde poder participar de forma
bidireccional. Por otro lado, cada acción que se genera desde el ecomuseo es
desarrollada con los sectores económicos que podrían estar implicados, esto
permite que una acción no se convierta en una actividad aislada sino que se
convierta en un elemento de la dinámica social.
Conclusiones
De estas experiencias destaca:
La relación entre territorio, patrimonio y comunidad como
un trabajo integral.
Los esfuerzos en concienciar a la población sobre el
protagonismo que deben asumir en todo el proceso museológico.
La necesidad de establecer un diálogo constante y
democráticos entre todos los agentes de la comunidad y del territorio.
Óscar Navajas Corral
Phd. Museología
Fuentes
ABELLA I ESCUER, J. y ABELLA I
PONS, J. (1993): «El projecte de l'ecomuseu de les Valls d'Àneu», en Revista de
Etnologia de Catalunya, nº 2, pp. 149-150.
ABELLA I PONS, J. (1995): «Les
Valls d'Àneu. Un proyecto de gestión y desarrollo local», en Revista de
Museología, nº 6, diciembre, pp. 56-59.
ABRIL AZNAR, J. (2007): «Parques
Culturales. Los Museos del Territorio y los Territorio-Museo. El Parque Cultural
del Maestrazgo», en Mus-a, Revista de los Museos de Andalucía, nº 8,
pp. 50-56.
GARCÍA, M. A .(1998): «La
autogestión del patrimonio como base del desarrollo rural. El caso del Parque
Cultural del Maestrazgo», en Actas X Jornada sobre a Funçao Social dos Museu:
ecomuseoloxia como forma de desenvolvimento integrado, Câmara Municipal Póvoa
de lanoso, pp. 119-121.
SIERRA RODRÍGUEZ, X. C. (1998):
“Problemática para a introdución e o desenvolvimento das concepciones da Nova
Museoloxía no Galixia. Situación e perspectiva”. En Actas X Jornada sobre a
Funçao Social dos Museu: ecomuseoloxia como forma de desenvolvimento integrado,
Câmara Municipal da Póvoa de Lanhoso,1998. Póvoa de lanoso (Portugal), pp.
103-117.
SIERRA RODRÍGUEZ, X. C. (1999): «Museos y patrimonio
etnológico. Una propuesta para el desarrollo: los casos de Allariz y Vilar de
Santos». En AA. VV (1999). Patrimonio Etnológico. Nuevas perspectivas de
estudio. Cuadernos del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Consejería
de Cultura de la Junta de Andalucía. Granada, pp. 192-211.
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