La mirada del especialista
El museo es, ante todo,
el lugar para descubrir, rescatar y reflexionar. Siempre acciones. El museo y
su contenido son hablando sintácticamente nombres pero el público es verbo, es
acción. Es el lugar para buscar respuestas y para aportar soluciones. Es, o
debería ser, un espacio en movimiento, de movimiento social, cultural y de
intelectualismo popular y académico. En definitiva, un territorio para el
movimiento cultural, entendiendo lo cultural, lo culto, por colere de su raíz
latina de cultivar, no en el sentido ilustrado de parcela social para una clase
que posee el acceso a la educación y a una Cultura elitista.
¿Dónde vamos a
encontrar lugares tan asépticos y, al mismo tiempo, tan simbolizados como los
museos? ¿Dónde vamos a encontrar espacios tan maleables con una metamorfosis
innata en sus mensajes y en sus virtualizaciones expositivas? Quizá las
ciudades en su conjunto global puedan ser las que ofrezcan una realidad pareja
a la del museo. Pero el museo para el turista, para el visitante o para el
habitante es un lugar de lugares. Es algo más. Es la vitrina para descubrir un
espectáculo y es un lugar para verse reflejado y comprender tanto lo que fuimos
como lo que es posible que seamos. El pasado no existe como tal y sólo puede
ser establecido por medio de procesos de pensamiento del presente y métodos de
la ciencia histórica. Por lo tanto, una “reconstrucción” es básicamente imposible.
Se trata siempre de aproximaciones a un posible pasado, nunca demostrable, es
decir, como apreciaría Hans-Martin Hinz, una escenificación presente de
conjuntos de circunstancias del pasado.
Como afirmaría Teresa
María Scheiner el pasado se proyecta en el presen- te bajo la forma de
representaciones mentales sensoriales, contribuyendo a formar “escenarios”
donde el individuo se coloca como observador y/o personaje. El museo, como
entidad social es el encargado de confirmar y reafirmar esas representaciones
mentales.
El presente trabajo del
Lic. Fernández Balboa tiende la mano a la reflexión del Museo como un lugar
para la intervención social. En las páginas de Casas de cosas. Museos,
Monumentos y sitios históricos de Argentina encontraremos el análisis de la
institución museal como lugar de conservación e investigación de un patrimonio
importante para una comunidad, pero también la invitación al lector para que
participe y contribuya de ese análisis.
Entre las aportaciones
que el lector podrá tomar de las páginas de esta obra, podemos destacar las
continuas cuestiones que se plantean sobre qué es la institución museal y cuál
es su destino para el presente y el fu- turo de las sociedades. Balboa deja
siempre los capítulos abiertos, como una puerta entreabierta para que sea el
propio lector el que participe con sus reflexiones sobre algo que fue el saber
de todos, el Museion, hasta algo que es de todos, el Museo.
Óscar Navajas Corral
Reseña para: Casas de cosas. Museos, monumentos y sitios históricos de la
Argentina, de Carlos Fernández balboa.
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