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martes, 15 de marzo de 2016

Ecomuseum Features


An ecomuseum is an organic social entity arising from a community agreement for the development of the community and local areas.

The term ecomuseum was first brought to notice in 1971 at the IX Conference for the International Council of Museums (ICOM) in Grenoble and Paris, by the French Environment Minister, Poujalde, for the museums that were being developed in the National Park in France during the sixties and seventies

The arrival of the first community ecomuseum in 1973, the Urban Community of Creusot - Montceau-les-Mines, separated the ecomuseum from environmentalism and the Scandinavian Open Air Museums, and moved it towards a self-managed community initiative.

Although the ecomuseum is a French phenomenon, its philosophy and methodology has influenced other countries (Canada, Portugal, Brazil, etc.). These countries have used the idea of ecomuseum for the democratic development of economically deprived areas and communities with social problems or those which have particular socio-cultural needs. At the same time, the concern for the recovery of community identity through heritage awareness and its use for its own development wasn’t exclusively francophone; American neighbourhood museums and Mexican community museums would also help to change the concept of the museum, which is, essentially, to be useful according to the needs of the community



In the mid-seventies we found ourselves in a situation where circumstances called for a transformation of the traditional museum. Ecomuseum, Neighbourhood Museum, Community Museum, or the Integral Museum in the Round Table of Santiago de Chile (recently approved by ICOM-UNESCO, 1972). A rich panorama, with a similar philosophy, but difficult to differentiate from other types of museum; In addition, more traditional museology gradually started to aim its social functions towards different audiences (e.g. tourists) by improving its programmes, activities and media communication.

However, numerous authors (Duclos, 1991, Boylan, 1992; Hamrin and Haulander, 1995; Davis, 1999; Corsane, 2006; Mayrand, 2010, etc.) have theorized on the indicators (features) of an ecomuseum. Based on them, The following is a list of the minimum requirements of an ecomuseum.
  1. A community. It is the essential part of the Ecomuseum. It is the subject as well as the object of the ecomuseum.
  2. Recognition of a fragmented territory not strictly limited by administrative boundaries.
  3. An Integral Heritage (Natural and Cultural: tangible and intangible). Heritage is a territorial area in which a community has historically exercised its relationship with the environment. A museologist’s work is to detect the marking of its territory and the essential elements that make up the cultural identity of its population.
  4. Social action as an altruistic act. The ecomuseum is an initiative of the community. A community that is aware of and committed to social transformation for its future development.
  5. Development. The ecomuseum is a formula for social, cultural and economic development of a given environment. The ecomuseum should aim to be an analysis of a particular community’s structure, issues and alternatives. The needs and future evolution of its people and the surrounding area
  6. The ecomuseum does not seek, therefore, an institutional technical efficiency but the development of the Community critical awareness. The ecomuseum is a privileged instrument of community development, which does not refer in the first instance to knowledge and enhancement of heritage; it is intended to constitute a mere auxiliary of an educational, informative or cultural progress system and democratizing access to culture. The ecomuseum is a way of releasing (pedagogy of liberation) the initiative and the community actions with common objectives.
This last point has meant that ecomuseums live out of a utopia which, far from being impossible, aims to keep a community alive. This has meant that, for many authors, even its creator Hugues de Varine-Bohan, that the word ecomuseum is not that relevant. The important fact is the integral and sustainable development of the community through awareness and critical reflection of its past and present.


The ecomuseum is a process. The entire population should be involved in it. The community should be involved in every action, from inventory, pretextual-actions (exhibitions, etc.), to research, management and funding must have community representation and decisions should be made democratically. This is how self-management and social transformation will be achieved.

Óscar Navajas Corral
PhD. History and Museology

Translation by Louisa Adcock and María Gómez Bedoya

This paper was published in Spanish in: Navajas Corral, O. (2013): Características de los Ecomuseos; en VV. AA (2013): Parque Criollo y Museo Gauchesco Ricardo Güiraldes, Plan de exhibición, Buenos Aires: Exhibir · Comunicación y Conservación del Patrimonio. p: 33.




domingo, 3 de enero de 2016

Características de los Ecomuseos

The Ecomuseum is an organic social entity arising from an entire community pact for its development and its territory.


El ecomuseo es una entidad social orgánica que surge del pacto de una comunidad entera para su desarrollo y el de su territorio.

La palabra ecomuseo se pronunció por primera vez en la IX Conferencia del Consejo Internacional de Museos (ICOM) de Grenoble y París de 1971 por el Ministro de Medio Ambiente Francés, Poujalde, para designar una tipología de museos que se comenzaba a desarrollar asociada a los Parques Naturales Regionales franceses de la década de los años sesenta y setenta.

Con el nacimiento en 1973 del primer ecomuseo comunitario en la Comunidad Urbana de Creusot – Montceau-les-Mines, el ecomuseo entraba en una nueva fase en la que se separaba de su corriente ligada al ambientalismo y a los Museos al Aire Libre escandinavos para acercarse a la iniciativa y la autogestión comunitaria.

Aunque el ecomuseo es un fenómeno francés pronto su filosofía y sus metodologías influyeron en otras partes del mundo (Canadá, Portugal, Brasil, etc.), que veían en esta tipología una forma de desarrollar de una forma democrática territorios y comunidades deprimidas económicamente, con problemas sociales o con alguna necesidad socio-cultural. A la par, el sentimiento de preocupación por la recuperación de la identidad de las comunidades por medio de la concienciación patrimonial y el uso, de ésta, para su propio desarrollo no era de exclusividad francófona. Los museos de barrio estadounidenses o los museos comunitarios mexicanos son experiencias que completaran un panorama de necesidad de cambio en la concepción el museo. Esencialmente, la necesidad de un museo útil y acorde a las necesidades de la comunidad con la que habita.

A mediados de los años setenta nos encontramos con un panorama en el que diferentes experiencias apelaban por una transformación del museo tradicional. Ecomuseo, museo de barrio, museo comunitario, o el recién aprobado museo integral en la Mesa Redonda de Santiago de Chile (ICOM-UNESCO, 1972). Un panorama rico, con una filosofía similar, pero que dificultaba –y dificulta– la diferenciación con otro tipo de tipologías museales; más si cabe cuando la museología más tradicional había poco a poco potenciando su función social acercándose a los diferentes públicos (visitantes turistas y/o excursionistas) por medio de la mejora de sus programas, actividades y medios comunicaciones y museográficos.

No obstante han sido numerosos los autores (Duclos, 1991; Boylan, 1992; Hamrin y Haulander, 1995; Davis, 1999; Corsane, 2006; Mayrand, 2010) que han teorizado desde la reflexión el trabajo de campo sobre los indicadores (características) propias de un ecomuseo. En estas líneas se recogen un mínimo de condiciones que debe cumplir una experiencia ecomuseal:

1.     Una comunidad. Es la parte esencial del ecomuseo. Es el sujeto y objeto a la vez del ecomuseo.

2.     El reconocimiento de un territorio fragmentado no delimitado estrictamente por delimitaciones administrativas.

3.     Un Patrimonio Integral (Natural y Cultural: material e inmaterial). El patrimonio es una demarcación territorial sobre la que una comunidad ha ejercido históricamente su relación con el entorno. El trabajo del museólogo es detectar el marcaje de dicho territorio y los elementos esenciales que forman la identidad cultural de esa población.

4.     La acción social como acto altruista. El ecomuseo es una iniciativa que parte de la comunidad. Una comunidad concienciada y comprometida con la transformación social para un desarrollo futuro.

5.     Desarrollo. El ecomuseo es una fórmula para el desarrollo social, cultural y económico de un entorno determinado. El ecomuseo debe pretender, entre sus realidades, ser un análisis de la estructura, problemáticas y alternativas de una comunidad determinada. Las necesidades de sus habitantes, de su territorio y la evolución hacia el futuro de la misma.



El ecomuseo no busca, por tanto, una eficacia técnica institucional sino el desarrollo de una conciencia crítica comunitaria. El ecomuseo es un instrumento privilegiado del desarrollo comunitario, el cual no alude en primera instancia al conocimiento y a la puesta en valor de un patrimonio; o se pretende constituir como un simple auxiliar de un sistema educativo, informativo o del progreso cultural y de la democratización del acceso a la cultura. Sino que es una forma de liberar (pedagogía de la liberación) la iniciativa y acción comunitaria con unos objetivos comunes.

Este último punto ha hecho que los ecomuseos beban en cierta medida de una pretendida utopía que lejos de ser irrealizable lo que pretende mantener viva a una comunidad. Esto ha hecho que para muchos autores, incluso para su creador Hugues e Varine-Bohan, la palabra ecomuseo no sea lo relevante. Lo importante de los ecomuseos es el desarrollo integral y sostenible de la comunidad por medio de la concienciación y la reflexión crítica de su pasado y su presente.

El ecomuseo es un proceso. En este proceso debe estar implicada toda la población. En cada acción, desde el inventario, la puesta en valor, las acciones-pretextos (exposiciones, etc.), hasta la investigación, la gestión o la financiación debe tener representación comunitaria y deben tomarse las decisiones de forma democrática. Es la forma en la que se conseguirá la autogestión y la transformación social.


Óscar Navajas Corral
PhD. History and Museology
Lecturer and Independent Researcher

PD. Artículo publicado en CECI, P.; FERNÁNDEZ, C.; y VENEROSO, F. (2013): Parque Criollo y Museo Gauchesco Ricardo Güiraldes. Plan de exhibición; Buenos Aires: Exhibir, Comunicación y Conservación del Patrimonio; p. 33.